ÁREAS INDUSTRIALIZADAS EN RECONVERSIÓN: AVILÉS

Procesos generales.

Los  diferentes sectores industriales experimentan un conjunto de transformaciones a lo largo de su evolución que incluyen cambios en las pautas de localización características. En sus fases iniciales, cuando la tecnología es aún poco conocida, el número de competidores es escaso y se requieren grandes esfuerzos en I+D, las empresas suelen concentrarse en países y regiones desarrollados, los únicos que cuentan con los recursos de capital, mano de obra cualificada y servicios avanzados necesarios en esa fase, además de mercados de consumo amplios en los que poder encontrar los primeros compradores. Por el contrario, en fases avanzadas del ciclo de vida, con productos y tecnologías ya maduros, el gran número de empresas que compiten por ofrecer costes más bajos favorece su desplazamiento hacia países y regiones periféricos. Eso obliga a las áreas originarias de esa producción a un proceso de reconversión para mejorar la eficiencia de sus empresas, la calidad y gama de productos, o bien a sustituir esa actividad por otras más innovadoras, que ahora se encuentren en sus fases iniciales de evolución.

Puede entenderse así el declive sufrido por ciertas áreas con larga tradición industrial, que hace dos décadas se enfrentaron a la crisis de las actividades en que se especializaban desde hacía más de un siglo (siderurgia, metalurgia pesada, construcción naval, textil…), afectadas por una creciente competencia de nuevos países industriales periféricos, a la baja

productividad de unas empresas que vivieron durante décadas en un mercado fuertemente protegido de la competencia exterior, así como a cierto estancamiento de su demanda. La excesiva dependencia de esos sectores maduros, y de las grandes empresas, contrastaba con la escasez de actividades alternativas y la debilidad de las iniciativas empresariales. Las regiones de la Cornisa Cantábrica, los valles interiores del textil catalán y algunos enclaves (Sagunto, El Ferrol, bahía de Cádiz…) fueron en España los mejores exponentes de esa crisis industrial. El resultado fue un intenso proceso de cierre de fábricas y destrucción de empleos, que intentó compensarse con una política de reconversión dirigida a subvencionar la supervivencia de determinadas empresas mediante fondos públicos, apoyar la recolocación de los excedentes laborales y, sobre todo, promover un esfuerzo de innovación tecnológica y la implantación de actividades alternativas. Sus resultados han sido muy desiguales, pues mientras en el País Vasco la renovación impulsada de forma conjunta por la iniciativa privada y las políticas públicas ha permitido una recuperación, visible en tasas de crecimiento superiores al promedio español entre 1995-2000, en Cantabria y, sobre todo, Asturias la atonía industrial ha resultado bastante mayor.

Análisis del área.

Uno de los espacios que mejor ejemplifica esta evolución es el complejo siderometalúrgico ubicado en torno a la ría de Avilés. Las imágenes de los años sesenta y setenta denotan el intenso grado de ocupación que experimentaron los márgenes de la ría avilesina a lo largo de la década de los cincuenta. Con anterioridad, además de la fábrica de la Real Compañía Asturiana de Minas, se había instalado en 1946 la Empresa Nacional de Aluminio S.A. La nómina de los principales establecimientos industriales de la ría se completaba con la fábrica de Asturiana de Zinc S.A., la de Cristalería Española (figura 7) y, sobre todo, la de ENSIDESA, actual Arcelor, que obligaron a realizar obras de acondicionamiento al objeto de que pudieran acceder hasta el fondo de saco de la ría barcos de gran tonelaje. Para el servicio de la fábrica siderúrgica se construyó la dársena de San Agustín, y se dotaron sus muelles de las necesarias instalaciones de carga y descarga, al tiempo que en las inmediaciones de la dársena se reservaban terrenos destinados a almacenar los productos descargados o los que estaban pendientes de ser embarcados (figura 6).

Del año 1950 data el proyecto de construcción en Avilés por parte del Instituto Nacional de Industria de una planta siderúrgica. Una decisión respecto a la localización que se amparaba en la existencia de una serie de condiciones positivas, como las posibilidades que la ría ofrecía para construir un puerto en su margen derecha, la existencia de mano de obra especializada o la tradición minera de la región. Los terrenos elegidos para la instalación de la fábrica, concretamente el sector de Las Huelgas, eran la resultante del relleno y desecación de una parte de las marismas en el año 1841 (figura  1).

Las instalaciones de ENSIDESA adoptaron una disposición lineal, paralelas a la carretera que conduce a Gijón a lo largo de aproximadamente 9 kilómetros. A comienzos de los años noventa entraba en funcionamiento la nueva acería LD-III , al tiempo que las antiguas instalaciones quedaban abocadas a dejar de producir y a ser más tarde desmanteladas (figura  2). No obstante, la escala de las actuaciones condicionó la ordenación del territorio comarcal, generando fuertes impactos ambientales en forma de construcción de infraestructuras (vías de comunicación y tráfico pesado, embalses…) y generación de grandes volúmenes de residuos, que afectaron negativamente la calidad del medio ambiente urbano de Avilés (figura  3).

Las sucesivas reconversiones padecidas desde comienzos de los años ochenta han tenido un fuerte impacto en el paisaje industrial y en el conjunto de la comarca. La siderurgia actual pertenece a Aceralia, socio español de la multinacional europea Arcelor, que ha acometido un profundo cambio tecnológico y drásticas reducciones de plantillas laborales, especializando también la gama de productos para poder competir mejor en los mercados internacionales. Desaparecieron del paisaje los tradicionales perfiles de los hornos altos situados en las proximidades de la ría (figura  4) y una parte importante del espacio ocupado por las antiguas instalaciones ha quedado abandonado. Se intenta ahora su reutilización mediante iniciativas como la promoción del Parque Empresarial de Asturias (figura 5), pero éstas deben enfrentarse a la competencia de otros espacios de calidad que no padecen las externalidades negativas asociadas a la proximidad de la industria pesada o de ruinas industriales, por lo que sus resultados aún son inciertos.

 

Autores: Felipe Fernández García (Universidad de Oviedo) y Ricardo Méndez Gutiérrez del Valle (Consejo Superior de Investigaciones Científicas-IEG)