MADRID
En las últimas décadas, las grandes ciudades y áreas metropolitanas refuerzan su especialización en ramas, productos y tareas que generan un elevado valor añadido, así como en servicios a las empresas, mientras se destruyen empleos en sectores tradicionales y tareas de producción. Por otro, aparecen nuevos paisajes industriales en los que la tradicional presencia de fábricas se sustituye por inmuebles con fisonomía similar a las áreas de oficinas y comerciales, perdiendo significado la clásica divisoria entre los sectores secundario y terciario. En el interior de la ciudad de Madrid puede observarse hoy esa diferente evolución que opone las áreas más valoradas –y con mayor presión de los agentes inmobiliarios- del Nordeste, donde se evoluciona hacia la construcción de oficinas y edificios industriales en altura, frente al Sureste, donde aún se mantienen actividades fabriles y un paisaje industrial más cercano al tradicional. Dos ámbitos calificados como industriales por el Plan General en los distritos de Hortaleza y Villaverde ejemplifican esa dualidad. más información
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