INDUSTRIA URBANA: MADRID

 

Procesos generales.

La reorganización espacial que han experimentado los sistemas productivos en las dos últimas décadas ha modificado las interrelaciones ciudad-industria en un doble sentido.

Por un lado, las grandes ciudades y áreas metropolitanas refuerzan su especialización en las ramas con mayor contenido tecnológico y de conocimiento (electrónica e informática, farmacéutica y biotecnología, aeronáutica, etc.). También en aquellos productos y tareas que generan un elevado valor añadido, así como en todo tipo de servicios complementarios a las empresas –internos o externos a las propias firmas industriales- que mejoran su calidad y competitividad (ingeniería, diseño, consultoría, servicios informáticos, publicidad y marketing, asesoramiento jurídico y financiero…). El resultado es un incremento relativo de la cualificación media entre los empleados de las empresas industriales, junto a una reducción de los que trabajan en tareas de fabricación.

Esa tendencia se complementa con la aparición de nuevos paisajes industriales en los que la tradicional presencia de fábricas, talleres y almacenes se ve acompañada por otro tipo de inmuebles con fisonomía similar a las áreas de oficinas o comerciales. Se pone así de manifiesto que la clásica divisoria entre los sectores secundario y terciario ha perdido ya buena parte de su significado, lo que algunos reflejan al hablar de las áreas urbanas y metropolitanas como economías servindustriales.

Análisis del área.

Los dos ámbitos elegidos para ejemplificar una tendencia también visible en otras ciudades centrales de las principales áreas metropolitanas españolas corresponden a los sectores nordeste (distritos de Hortaleza y Barajas) y sur (distrito de Villaverde) de la ciudad de Madrid.

Dentro de los espacios que aún mantienen su calificación para usos industriales dentro del Plan General de Ordenación Urbana de 1997 (figura 10), la evolución de los últimos años ha sido distinta en función de su renta de situación, definida por su accesibilidad, así como por la calidad ambiental y dinamismo del entorno urbano en que se ubican, reflejada en el diferente precio del suelo.

La primera zona industrial se ubica junto a la autovía de circunvalación M-40 y los recintos feriales del Campo de las Naciones (figura 9). Área de especial dinamismo reciente, aún conserva la presencia de algunas antiguas fábricas como la de Cristalería Española (figura 1), convertidas ya a menudo en simples almacenes, a las que se suman nuevos edificios industriales en altura, ocupados por PYMEs que aún realizan en su interior tareas de producción y almacenamiento, para lo que cuentan con rampas que permiten el acceso de camiones y furgonetas (figura 2). Pero la proximidad al cetro de negocios y los parques empresariales ubicados junto a las autovías de Irún y Barcelona, o el aeropuerto de Barajas, ha favorecido la construcción reciente de oficinas industriales donde se ubican las sedes de grandes empresas como IBM, Xerox, ENDESA, CEPSA, etc. (figura 3 y figura 4). Funciones de decisión, servicios empresariales y empleos cualificados son tres conceptos asociados aquí a un espacio aún calificado por el planeamiento como industrial, pero donde la fabricación se reduce ya a su mínima expresión.

La segunda área corresponde al polígono industrial de Villaverde, construido en los años sesenta y próximo a la autovía de Andalucía (figura 11). Si en el plano anterior dominaban los colores azules, que identificaban la presencia de inmuebles de oficinas, en éste aún son significativos los rojos, asociados a actividades de producción. El carácter más degradado del entorno, y la menor presión urbanística, han permitido mantener grandes instalaciones fabriles de sectores básicos como la siderurgia o la química (figura 5 y figura 6), junto a nuevos edificios industriales en altura similares a los ya mencionados (figura 7). No existen, en cambio, edificios de oficinas para grandes empresas, sustituidos aquí por pequeñas naves adosadas de uso mixto (figura 8), que combinan un pequeño taller o almacén en la planta baja y una oficina en la superior. La creciente interdependencia industria-servicios, propia del mundo urbano, se hace también patente, aunque con una morfología distinta a la del sector nordeste de la ciudad, reflejo del diferente rango de las funciones y empresas que se localizan hoy en los diferentes entornos urbanos.

 

 Autores: Inmaculada Caravaca Barroso (Universidad de Sevilla).

Ricardo Méndez Gutiérrez del Valle (Consejo Superior de Investigaciones Científicas-IEG)